El círculo blanco (parte 1)

El Círculo Blanco El autobús me dejó en el inicio del camino que llevaba a casa. Me despedí del conductor y de mis amigos con la mano y me quedé de pie esperando a que el automóvil se desvaneciese en la próxima curva. Antes de girarme, contemplé el paisaje que se presentaba ante mis ojos; quizás algunos pensarían que era un paisaje maravilloso, pero yo no pensaba igual; yo borraría algunos elementos como las viñas o los caminos, que hacían que la mente se perdiera en cosas banas y rutinarias, para así poder imaginar desde cero las historias que podrían habitar en él. Dejé mis fantasías en el aire con un suspiro y me digné a relazar mi camino hacia casa. Abrí la puerta de alambre y avancé hacia la esquina del recinto donde estaba mi perro, esperando-me. Pasé la mano por encima de la valla y le acaricié la cabeza suavemente. Pensé: - ¡Ahora si te portes bien e! Cuando te saco a pasear no pareces el mismo.